Alternativas Asequibles al Uso Intensivo de Pesticidas
El uso intensivo de pesticidas continúa siendo una práctica común en la agricultura industrial. En Europa, como en muchos otros lugares con estas prácticas agrícolas, existe la creencia generalizada de que el gran uso de pesticidas no solo es necesario, sino que es la única opción para salvaguardar los rendimientos. Sin embargo, los investigadores, los agrónomos e incluso los legisladores están apuntando hacia nuevas posibilidades. Existen alternativas, particularmente cuando se consideran las aplicaciones adecuadas del manejo integrado de plagas.
En 2009, la Unión Europea adoptó la directiva 2009/128 / EC, que establece los objetivos para alcanzar un uso sostenible de pesticidas [1]. La directiva se enfoca en mejorar la capacitación de todos los participantes en la cadena de distribución y aplicación de pesticidas, haciéndolos más conscientes de las mejores prácticas y riesgos. Además, promueve la promoción del Manejo Integrado de Plagas (MIP), que "enfatiza el crecimiento de un cultivo saludable con la menor interrupción posible para los agroecosistemas y alienta los mecanismos naturales de control de plagas" [2]. Bajo los principios del MIP, se alienta a los agricultores a aplicar mecanismos sostenibles de control de plagas, que excluyen el uso profiláctico de pesticidas [3].
En el caso de los neonicotinoides, el Grupo de trabajo sobre plaguicidas sistémicos ya demostró que existen métodos alternativos disponibles y que el uso regular de estos pesticidas era a menudo era innecesario. Además, su uso insostenible conllevaría un impacto negativo significativo en el medio ambiente, que afecta fuertemente a la biodiversidad local.
Según el Grupo de trabajo, el MIP también conduce a encontrar otras soluciones mejor informadas para mantener un cultivo saludable. Los métodos alternativos sostenibles incluyen rotaciones de cultivos, uso de variedades resistentes y fondos de seguro de colaboración. Estos métodos van de la mano con un monitoreo adecuado de las plagas y su desarrollo, que los expertos de campo realizan antes de decidir sobre cualquier medida antiparasitaria. Con métodos de observación bien establecidos, los agricultores cuentan con un sistema de alarma que ayuda a evitar el uso preventivo de productos que tienen impactos negativos directos o colaterales en el medio ambiente. Además, cuando se detectan plagas, el MIP apunta hacia el uso de métodos de control no químicos, lo que reduce los efectos no deseados en la salud de los seres humanos, la vida silvestre y el medio ambiente [4].
Una aplicación adecuada del MIP, como lo sugiere el Grupo de Trabajo, no se limita a los neonicotinoides. El MIP no es solo una respuesta a una familia de pesticidas, sino que incluye prácticas agronómicas cruciales que mejoran la sostenibilidad. Además, ayuda a mejorar las condiciones ambientales, proporcionando beneficios sustanciales en la protección de los servicios de los ecosistemas, como la polinización.
Las alternativas a los pesticidas no solo existen, sino que incluso apuntan hacia mejores condiciones para los agricultores. Por ejemplo, un estudio reciente realizado por el Centro Internacional de Investigación Agrícola en Áreas Secas (ICARDA) introdujo una serie de métodos alternativos de control de plagas. El Centro, que está financiado en parte por la Comisión Europea y las Naciones Unidas, descubrió que medidas como la plantación de cultivos económicos florecientes son beneficiosos para la biodiversidad y los rendimientos. Incluso informaron tener incrementos impresionantes en los rendimientos en los sitios de prueba, que van desde el 50% hasta el 561%, según la región y el cultivo [5]. El estudio presenta un ejemplo sobresaliente para mostrar que existen alternativas y son económicamente viables.
La investigación y aplicación de alternativas al uso intensivo de pesticidas no solo son beneficiosas sino necesarias. Los desafíos de la pérdida de biodiversidad que enfrentamos, según lo informado por IPBES [6], exigen una nueva lógica agrícola en la que la sostenibilidad se encuentra en su núcleo. La Directiva de Uso Sostenible de Plaguicidas, junto con la aplicación del Manejo Integrada de Plagas, ya establece un marco en el que las nuevas prácticas agrícolas son posibles y necesarias. A través de su aplicación adecuada, podemos reducir nuestro impacto negativo y mejorar la salud del medio ambiente y sus habitantes, incluyéndonos a nosotros.
[1] https://ec.europa.eu/food/plant/pesticides/sustainable_use_pesticides_en
[2] https://ec.europa.eu/food/plant/pesticides/sustainable_use_pesticides/ipm_en
[3]https://www.lpo.fr/images/pesticides/_wia_7_les_alternatives_aux_pesticides_neonicotinoides_pour_le_controle_des_ravageurs_etudes_de_cas_en_agriculture_et_foresterie.pdf
[4] https://www.lpo.fr/images/pesticides/_wia_7_les_alternatives_aux_pesticides_neonicotinoides_pour_le_controle_des_ravageurs_etudes_de_cas_en_agriculture_et_foresterie.pdf
[5] https://www.theguardian.com/environment/2018/nov/23/scientist-unveils-blueprint-to-save-bees-and-enrich-farmers?CMP=share_btn_link
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